
Los godos al igual que otras tribus comenzaron a asentarse en zonas del imperio, además eran empujados por otro pueblo que venía de las estepas, los hunos. Romanos y godos firmaron pactos de convivencia para que estos últimos actuaran como aliados contra una posible invasión huna. La negociaciones no llegaron a buen pie y el conflicto llegó entre ambos.





