La Rebelión de Satsuma: A mediados del siglo XIX, Japón se modernizo poco a poco con tecnología occidental y de Estados Unidos, fue la llamada era Meiji, en la que el emperador y sus ministros llevaban el control de todo.
Los tiempos modernos causaron mucha controversia en la sociedad japonesa, pues chocó lo tradicional con lo innovador, por eso se sucedieron una serie de rebeliones por todo el país promovidas por unos guerreros que defendían la tradición y que se habían hecho valer durante siglos, los samuráis.
En 1877, en el dominio de Satsuma, los samuráis de Saigo se rebelaron contra el actual estado.
Este territorio desde 1876 funcionaba como un estado independiente al resto del país. La rebelión llegó cuando unos agentes del gobierno intentaron asesinar a Saigo y es por ello que éste comenzó su campaña militar.
En febrero de 1877, el líder Samurái asedió el castillo de Kumamoto, uno de los más grandes castillos construidos en Japón. Dicho castillo estaba defendido por unas tropas menos numerosas que las de los rebeldes que contaban con 20.000 hombres, tras casi dos meses de asedio, una ofensiva de las tropas del gobierno rompieron el frente y pudieron aprovisionar a los agotados defensores.
Entre el principio y el final del asedio (14 de febrero – 8 de abril) se sucedió la batalla más intensa de toda la revuelta, la batalla de Tabaruzaka; en la que 90.000 soldados imperiales se enfrentaron a 15.000 samuráis.
La lucha duró 8 días, en las que las tropas del gobierno salieron victoriosas, aunque según las fuentes las bajas en ambos bandos fueron de 4000 entre muertos y heridos. Los rebeldes se retiraron con su líder hacia el oeste, a la zona de Miyazaki en donde tras refriegas con el ejército su guerreros quedaron reducidos a 3000 combatientes. Su última victoria sería en Shiroyama el 1 de septiembre con sus 500 samuráis.
En esta ciudad, Saigo aguantaría hasta el 24 de septiembre, cuando las fuerzas imperiales los rodearon y cercaron. El general imperial Yagamata Aritomo ordenó un ataque frontal con sus 30.000 hombres, los samuráis rechazaron momentáneamente este ataque con sus katanas, pero para las 6 de la mañana nada más quedaban 40 samuráis con vida. Saigo murió por herida de bala durante la batalla. Finalmente sus últimos guerreros con vida cargaron contra las ametralladoras Gatling.
Tras ésta batalla, la rebelión quedo desbaratada y éstos guerreros quedaron exentos de los privilegios que habían tenido desde la Edad Media.
El emperador perdonó a Saigo post-mortem en 1891, el armamento moderno ganó a las tradiciones, aunque bien es verdad que aunque Japón se occidentalizó no perdió sus tradiciones del todo.
Pérdidas: Rebeldes, 20.000 muertos y heridos; imperiales, 6300 muertos y 9500 heridos.

Mujeres “Samuráis” luchando contra las tropas imperiales.

Mapa de la última batalla: Shiroyama.

Haikiri o Seppuku, el arte de suicidarse para conservar o recuperar el honor perdido. Fue una tradición de los Samuráis.

Los últimos samuráis se rinden a las tropas del gobierno.

- Mapa que muestra donde estaba situado el Dominio de Satsuma.

Samuráis luchando contra las tropas del gobierno.
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