
En el año 1099, se llega a esta ciudad y se pone bajo asedio cruzado. Los musulmanes son pocos, pero han introducido en la ciudad víveres y además han envenenado los pozos y cortado los arboles para evitar que el enemigo tenga sombra. Los cristianos cuentan con unos 15.000 hombres y los defensores son unos 1000, insuficientes para defender las murallas. Aun así opondrán una dura resistencia y aguantaran varios asaltos.


