
En junio de 1942, Hitler planeó la toma de este territorio dividiendo el ejército en dos grupos, decisión fatal ya que sus generales le aconsejaron no dividir el ejército, eligiendo solo un objetivo: El Cáucaso o Stalingrado. La ofensiva estaría lista en dos meses, el día 23 de agosto la Luftwaffe alemana dejo caer las primeras bombas que acabaron con la vida de miles de civiles rusos. En los días siguientes las divisiones de la Wehrmacht se dejaron ver en el sector de Stalingrado y en septiembre con la ciudad arrasada, comenzó “Rattenkrieg” o “lucha de ratas” en el que los soldados alemanes y soviéticos luchaban por cada casa por cada recoveco de la ciudad, algo que para los alemanes no habían sido entrenados.





