
A pesar de las numerosas derrotas y de las bajas sufridas por la República Francesa, lo cierto es que el grueso del ejército aún estaba activo y con fuerzas para lanzar contraataques. En septiembre, el I y II ejércitos alemanes se encontraban a menos de 60 km de la capital francesa, París. El avance alemán se basaba en realizar un gran movimiento envolvente contra las tropas franco-británicas para poder destruirlas y además apresar la capital gala. En el último momento, las fuerzas alemanas al mando de Von Kluck cambiaron de dirección dejando expuesto su flanco a las tropas apostadas en la ciudad. El contraataque francés no se hizo esperar y entre el 6 y el 12 de septiembre, los ejércitos enfrentados chocaron en numerosas luchas que incluían cargas con la bayoneta calada. El gobernador militar de París, Joseph Simon Galliéni solicitó un ataque conjunto de las tropas parisinas y los cuerpos de ejército apostados al otro lado del río Marne. El comandante supremo de las fuerzas aliadas, Joffre autorizó esta propuesta y ordenó un contraataque masivo a lo largo del frente francés.
La ofensiva gala comenzó con el asalto de Maunory (tropas parisinas) contra el I Ejército alemán a lo largo del río Ourq. Kluck contuvo el ataque francés, pero el movimiento de sus tropas hacia el flanco derecho abrió una brecha entre sus filas y el II Ejército de Büllow.
Por esta brecha penetraron la Fuerza Expedicionaria Británica y el V Ejército francés, los alemanes flaquearon ante este ataque. Los alemanes consiguieron cruzar el Marne por varios puntos, pero el ataque aliado les obligó a retroceder a sus líneas.


Un hecho curioso ocurrido durante la batalla fue la incautación de los taxis para llevar a más de 3.000 soldados al frente. Esto fue llevado a cabo por Gallieni.
La realidad es que no fue Joffré quien frenó a los alemanes, sino el general Gallieni, que era el comandante militar de París, e informado por un observador aéreo que los alemanes estaban dando el flanco, aprovechó el ejército a las órdenes del general Manoury, que había entrado a la ciudad poco menos que deshecho, para lanzar un ataque al flanco alemán. Lo pertrechó, lo alimentó y lo artilló, y cuando estuvo listo, en tiempo récord, le dijo a Joffré que dejarse de retroceder y atacase, que él por su parte lanzaría a Maunoury sobre los germanos. Es famosa esa conversación telefónica de Galieni con el siempre indeciso Joffré, que se resistía a frenar su retirada, y la poco menos que insubordinación de Gallieni gritándole por el teléfono que lo mismo él iba a atacar. También fue de Gallieni la idea de usar los taxis de París para transportar tropas, aunque su aporte no fue tan trascendente como la tradición ha consagrado.
muy interesante me encanta
POR FIN ALGUIEN INTELIGENTE E INFORMADO PARA PONER FOTOS.
[…] escribió entonces un diario, entre el 1 de agosto y el 4 de septiembre de 1914, en vísperas de la batalla del Marne, que a su regreso a España cayó en las manos de Miquel Sants Oliver, a la sazón director del […]
saludos desde mi amada patria venezuela buenas alguien me podria facilitar un libro en digital sobre la batalla del marne lo necesito para un trabajo en mi curso muchas gracias de ante mano emejiamoreno87@gmail.com
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Hace pocos años navegué desde el Mosel (Alemania) hasta la desembocadura del canal de La Marne en el Rhin (Strasburg).- Fue increíble la visita de grandes cementerios y monumentos a los miles y miles de los caídos . Realmente uno queda perplejo por la brutalidad y de la sinrazón de las guerras.
Desde Chile :corrijo el segundo apellido anterior y es Alcalde en ves de Alcakde por error.